Nos parece oportuno hacer este comentario con ocasión de haberse celebrado el 8 del mes de marzo en curso el “Día Internacional de la Mujer” (instituido por la Organización de las Naciones Unidas en 1975) y comentar brevemente sobre el rol de las mujeres en la política. Una publicación de las Naciones Unidas nos dice que a nivel global, en el 2023, solo 28 mujeres desempeñan cargos como Jefas de Estado o de Gobierno. Aquí hay que mencionar que ello es un 14% de los 195 países reconocidos formalmente en el mundo. En América Latina y El Caribe las mujeres ocupan el 36% de los escaños parlamentarios. Solo el 28% de mujeres ocupan cargos directivos a nivel mundial. Según el Fondo Monetario Internacional menos de la mitad de las mujeres participan activamente en el mercado laboral mundial, frente al 72% de los hombres. En el Perú representan el 40% en el congreso electo en el 2021; asimismo, en relación a los gobiernos locales (municipalidades) la cifra desciende a un 27%. De igual modo, en nuestro país, pese a que casi la mitad de las afiliaciones a los partidos políticos son de mujeres (48%), estas ejercen menos del 30% (29.48%) de cargos directivos; o de 16 candidaturas a la presidencia en las últimas elecciones, solo dos fueron de mujeres.

Hay varias razones para estas cifras y una de ellas es que hay prejuicios de hace muchísimos años –y que se mantiene a pesar de importantes legislaciones y cambios- sobre el rol de la mujer que la vinculan a labores hogareñas, de cuidado o asistenciales. Pero, aun así, las mujeres tienen cada vez mayor participación política en diferentes organizaciones públicas y también en las privadas, y, desde allí, actúan para promover la integridad, el desarrollo, fomentar el bienestar público y luchar con muchas lacras dentro de las cuales una de las más terribles es la corrupción (al menos en nuestro país). Por eso, hay que ir mejorando la legislación laboral pública y privada y su aplicación en la vida real, que garanticen la paridad y la alternancia de género en los cargos de función pública y privada, de modo que las mujeres ocupen más cargos y de mayor liderazgo

Se deben promover eventos para que ellas conozcan más acerca de sus derechos y obligaciones y se interesen más en la política, en la seguridad de que van a dar ejemplo de integridad, honestidad, respeto, en el ejercicio de cualquier función que se les encargue. Creemos sinceramente que muchísimas más mujeres (con excepciones, por supuesto) que varones son muy íntegras, partiendo del sustancial rol que les toca desempeñar en la importantísima conducción del hogar y la formación de los hijos (futuros ciudadanos).

Para la función pública hay que impulsar capacitaciones para ellas en gestión e innovación pública, gerencia política y gobernabilidad, que fortalezcan sus capacidades en el desempeño eficaz de sus funciones, desde una perspectiva que procure asegurar un balance apropiado de variables políticas, económicas, sociales, climáticas y de género. 

A pesar de que las desigualdades de género en el campo de la política se han reducido en las últimas décadas, las mujeres declaran saber y estar menos interesadas en política que los varones. Es por ello que la promoción de la implicación política de las mujeres resulta cada vez más necesaria. Como acaba de decir el Secretario General de la ONU: “Los derechos de las mujeres son una vía de eficacia comprobada para llegar a sociedades justas, pacíficas y prósperas”. Sin duda que sí.

(1)  Consejera Regional.

(2)  Docente universitario.