EL SONIDO DEL RÍO PROFUNDO

Columnistas 04 de junio de 2024 Por Diario Actualidad
Por Socorro Barrantes

El alma del río baja por la cordillera, entre las abras negras de la tierra, corre el hilo de sus venas, en quebradas profundas y superficiales correntías, las que afloran con el viento, alitas de mariposa y de olvido.  El agua brota de las nubes, enhebra la lluvia y la suelta en plena cordillera.  Las venas, las abras, las acequias, los riachuelos se van juntando, para formar la columna vertebral con la piedra y su harina, formando la vida del río, cuna vital, en cuya rivera, germinaron los pueblos de todas las culturas. Domesticaron miles de plantitas, creciendo calladas en las cumbres, las pampas, por entre la pared, por el agudo silencio de la calma, al lado de la tenue sonrisa o bajo el batán, cuando escapa la semilla, sin ser deshecha por el chungo.  Plantas de las que se necesitaba extraer, el veneno, la amargura de un fruto o enterrar el brote en el círculo de fuego de un hoyo, desde donde nacerá pura, sin culpa, sin polvo ni paja, arrojada a su dignidad de oriunda de tal o cual lugar.

          Nosotros, los de la ciudad sabemos tan poco del paraíso terrenal, de la sensibilidad de la tierra.  No, nos importa el camino sensorial de la naturaleza.   Arrojamos basura a través de sus caminos, de sus riveras, de sus cantos, la va arrastrando el río, el que un día arrojará al mar ese vómito mortal, exterminando la vida acuática, en su maravilla profunda y misteriosa.  ¿Cómo romper este vicioso círculo de genocidio, desesperanza y manos cruzadas?

           Educando la vida desde el vientre, donde vive el nuevo ser que brota del agua. Todos somos hijos de la tierra, del aire, la luz y el calor del sol y del agua, mantenerlos con vida, es nuestro deber y salvación.

           Aprovechando, cosechando equitativamente los frutos de esos elementos, que ratifican la vida cada día, que ordenan el equilibrio, la armonía del cosmos, de la naturaleza, del hogar.

           Cuidando que no se cansen, que no se acaben, que no se destruyan.  Yo, tú, él, aquél, aquella, nosotros, en común unión, trabajemos por el beneficio propio y el de los demás.

           Es impostergable: rehusar, reciclar, reducir, restablecer el equilibrio de la naturaleza.

 La ONU siempre tiene un Plan para cada 5 de junio, DIA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE; PARA EL 2024 manifiesta como urgente:

“La restauración de tierras y la mitigación de los efectos de la desertificación y la sequía son prioridades urgentes. Estima que cada año se pierden 75.000 millones de toneladas de suelo fértil debido a la degradación de la tierra. De manera similar, cada año se pierden 12 millones de hectáreas de tierra solo a causa de la desertificación y la sequía.

En este sentido, bajo el lema «Nuestras tierras. Nuestro futuro”. Somos la #GeneraciónRestauración», este año la ONU pone énfasis en la necesidad de rehabilitar los ecosistemas terrestres degradados y fortalecer la capacidad de las comunidades para resistir y recuperarse de las sequías.

En este sentido, la modernización de las infraestructuras de suministro y tratamiento de agua es crucial. Aprovechando las ventajas que ofrece la digitalización, la combinación de tecnologías avanzadas con una gestión eficiente del ciclo del agua, es una buena vía para asegurar un suministro continuo y de calidad incluso en condiciones de escasez hídrica​.

Finalmente, tampoco podemos olvidar la restauración de humedales. Estos actúan como esponjas naturales que absorben y retienen agua, ayudando a mitigar los efectos de las sequías”.

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