ANA DE LA TORRE, DESDE EL APU SILENCIOSO

Columnistas 24 de febrero de 2024 Por Diario Actualidad
Por Socorro Barrantes Zurita

                Anita, como la conocíamos fue una notable mujer, que supo concretizar sus ideales en una práctica educativa con niños del campo, jóvenes de la universidad, campesinos y campesinas, agrupaciones, amigos y amigas de diversos lugares de esta tierra, quienes recibimos lecciones magistrales de una educación que hace falta en Cajamarca.  Nos planteaba cómo los valores de la Cultura Andina, deben ser los pilares de una tarea educativa que nos enrumbe a logros necesarios hacia una sociedad justa, equitativa, recíproca.  Valores que no son considerados por la mayor parte de los docentes de las diferentes UGELES de la región.  Prontito ya comenzarán las clases: listas interminables de “materiales educativos” que van a dejar vacíos las latitas donde los padres y sobre todo las madres de familia, van ahorrando todo el año, para cumplir con la bendita lista de útiles escolares.

                Nos alegramos mucho que, por primera vez, contamos con una Directora en la UGEL Cajamarca. Mujer, maestra del nivel inicial, deseamos que ponga todo su empeño para borrar la negativa participación de congresistas, consejeras, regidoras, jerarquías de mujeres, que no han sabido representar, los sueños agotados de las mujeres peruanas y en particular de las de Cajamarca.  No las sentimos vivas, decididas en aportar ideas, sentimientos y quehaceres, contribuyendo al logro de una comunidad saludable, equitativa, creadora, inteligente, feliz, que sepa aprovechar los recursos maravillosos que tenemos en toda la región de Cajamarca.  Tampoco negamos iniciativas loables de maestros de Jaén, Celendín, San Ignacio, Cajabamba, entre otras, de algunas comunidades.

                ANA DE LA TORRE ARAUJO no pedía listas de útiles a sus alumnos, los preparaba para sentir, pensar y actuar frente a los problemas de su comunidad rural.  Resolver el problema del agua, de la leña, de la salud, del bienestar.  Su magistral libro “Los Dos Lados del Mundo y del Tiempo” le valió la beca para estudiar Antropología, en la Universidad Católica.  Allí nos muestra cómo valorar los saberes que los niños traen de los diferentes lugares.  Tomar esos conocimientos como base para desarrollar el aprendizaje integral de los diversos contenidos que cada nivel educativo requiere.  Además, mucho material educativo existe en las comunidades, sobre todo rurales, es como un patrimonio para estudiar ciencia, arte, artesanías, juegos, leyendas, cuentos, canciones, que deberían aportar eficazmente al desarrollo de la currícula educativa.  Su tarea no era el trabajo sólo con los niños, también con los padres de familia y los comuneros, guardadores de la sabiduría de nuestros ancestros andinos.

                Hoy quiero recordarla, pues en este mes era su cumpleaños.  Damos gracias a la vida por su existencia sabia, tierna, hacedora de cosas importantes para la educación y la vida digna de los peruanos y peruanas.  Ella, junto a su compañero   Sergio Cusco, escribieron en nuestra historia, páginas muy importantes que, sobre todo los maestros, debiéramos reflexionar y tomar como guía para concertar una educación que nos hable de la vida y nos eduque para hacerla mejor.

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