Miguel Garnett (Londres, 1935, vive en Cajamarca). Trabaja en la Diócesis de Cajamarca. Fue Rector del Seminario Mayor de San José de Cajamarca y ha obtenido el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional de Cajamarca. Es un reconocido novelista nacionalizado peruano. Revisemos su ensayo “Escorpio, aproximaciones a la creatividad literaria” (2007), por su actualidad e importancia.

BING-BANG

El “Escorpión en el gran Teatro del Mundo”, es la primera toma de posición que Garnett desarrolla con puntual lucidez, una incisiva revisión de sus conflictos interiores motivados por la búsqueda de la Verdad. Aquí, los argumentos que prevalecen son los que asoman de su oficio como literato: es azaroso, y oscila entre el misterio y el soporte cultural.  Enlaza ficción e historia y no sólo aborda aspectos de lo artístico, sino de lo filosófico, teológico y científico. En cambio “En el Big-Bang y Little-Bang”, define sin rodeos su creencia en Dios, y reconoce en él, al creador del Universo. Postula la génesis artística del homo sapiens, teniendo como punto de partida la disputa escolástica. La creación literaria como manifestación humana es, a su vez, repercusión de la creación divina. Deja clara su distancia conceptual e ideológica de la concepción de Dios de lo que tienen Nietzche y Camus. En el tercer ensayo entabla un parangón entre “Henri Bergson y Mariano Iberico” en torno a la creación literaria. Concluye que, cualquiera fuera la creencia religiosa, al final se acepta la divinidad cósmica, pero bajo la redención; o sea expresión de lo estático y cinético. El universo es una obra de Dios. Así aparece el ser. La creación universal es directamente proporcional a la creación individual.  

CREATIVIDAD

En el tema “El señor de la Danza”, el sacerdote y escritor, partir de Santo Tomás de Aquino, incorpora la ironía mordaz, tan recurrente en sus obras “Don Jasho” y “A ojo de pájaro”, Con soltura y conocimiento, el autor nos devela sus experiencias en pueblos andinos que ha recorrido; mitos, creencias, fiestas multicolor y religiosas. Hombre que juega con la palabra, hombre jugador- homo ludens-. En “El sustrato sagrado en la creatividad literaria”, es un subyugante tópico en el que nuestro autor retoma el Génesis, del cual busca símiles con la leyenda fundacional de Huiracocha.  El mar es un tema universal y es el tema originario de la vida, inicios de los albores de la existencia total. No hay duda que, para Garnett, existen nexos imperecederos entre Dios y el Cosmos. Encuentra la conexión visceral entre la fe religiosa y la creación artística. En “La Violencia ambivalente”, introduce una variante y, orgulloso, expresa una defensa del mundo andino, de su cosmovisión. La agricultura será la creación del bien, y, la minería la creación del mal, una dicotomía con la que convoca al debate entre hacer y no hacer minería. Por otro lado, consolida la afirmación de que la expresión literaria nace de conflictos.

ACUARIO

En el ensayo “Un centenar de autores”, es un repaso de gran parte de filósofos y creadores, exponentes de filosofías y religiones a través de obras como la Odisea, la Iliada y la Eneida. Es un laborioso seguimiento de autores y obras que nacen de conflictos, sean éstos sociales y personales. La literatura en sus diferentes géneros es analizada sin respetar espacios geográficos ni tiempos. En “El silencio y la imaginación”, Garnett apela a la concentración síquica y creativa del escritor. Vincula la cercanía del silencio y la creación, otra vez, desde Dios. El silencio está más enlazado al espacio que al tiempo.  Asimismo, la imaginación debe desarrollarse desde la infancia y para esto la fuente recurrente es el filósofo Mariano Iberico. En “La Edad de Acuario”, acepta la importancia de los símbolos, pues la Biblia también está entretejida de símbolos de contenido esotérico. En la edad acuariana hay fragancia a novedad y espiritualidad. La globalización -según Garnet- afecta la creatividad del hombre, en forma positiva y negativa, y, sin embargo, que los grandes artistas siempre han sido inconformistas. 

AUTENTICIDAD

En el apartado “La autenticidad y la censura”, considera que son dos dimensiones de la literatura contemporánea. Basándose en Mariátegui y Vallejo, define que la autenticidad de no nuestro viene en la expresión popular, entendiendo lo que el folklore define como mitos, leyendas y, los sociólogos, como cultura popular. Considera que, desde Palma, la expresión de la vulgaridad es sinceridad y autenticidad, pues obedece al hablar normal y auténtico. Igualmente considera a Arguedas y Alegría que representan el lenguaje andino y campesino de diferentes zonas del Perú. En “La novela como Paradigma”, defiende al libro y la lectura. Sustenta que, no obstante, la globalización, la literatura debe mantener su independencia porque tiene su fin en sí misma. Manifiesta Garnett que ésta no debe ser subordinada a otros intereses. Además, opina que la novela representa una historia como argumento. En su condición de narrador hace un repaso a la novela peruana. El ensayo sigue siendo afortunadamente un género floreciente, y Garnett como Juan de Valdés, puede decir “escribo como hablo”.